jueves, 26 de enero de 2012

La delgada línea entre el trabajo en positivo y la permisividad







Es curioso cómo sigue de desvirtuado el concepto de la educación y el adiestramiento en positivo.

Cuando te llama un cliente y le dices que trabajas "en positivo", lo primero que te suelen responder es "ahhh, sí, con salchichas".. respiras hondo y le explicas un poco la filosofía de tu trabajo.. "ahhh.. pero, ¿si no le regañas? ¿Le dejas hacer lo que le da la gana?"

Pues no, ni una cosa ni otra.

No sé si tendremos que cambiar el nombre a "educación y adiestramiento respetuosos con el perro" o qué. La denominación "en positivo" puede que esté significando "añadiendo cosas" (sean castigos o refuerzos), y la de "sin castigos" no es del todo correcta porque sí se usa el "castigo negativo". ¿Tendremos que cambiar la forma de denominarnos para que la gente entienda cómo trabajamos? ¿O simplemente insistir en que la denominación "en positivo" se use como sinónimo de "respetuoso"?

Trabajar en positivo, sin castigos (positivos) o respetando al perro no es usar sólo salchichas, existen muchos otros refuerzos positivos, variables en función del individuo. Caricias, juegos, llegar al parque, perseguir a unas palomas, saludar al vecino (humano o canino), jugar a practicar habilidades con clicker,... los refuerzos positivos son individuales, no a todos los perros les gusta lo mismo.

Trabajar en positivo, sin castigos, respetando al perro no es ser un "hippie" que deja al perro que haga lo que le de la gana. Por suerte o por desgracia, vivimos en una sociedad en la que existen unas normas de convivencia (aunque mucha gente se las pase por ahí mismo) que debemos cumplir todos los que estamos en ella, seamos humanos, cánidos, felinos, etc.. Pero en lo que nos diferenciamos es en la forma de enseñarlas y en la forma de repartir las responsabilidades. Seguro que con varios ejemplos se ve mejor:

- Ejemplo 1: El perro roba comida de la mesa. ¿De quién es culpa? Pues aunque lo fácil es culpar al perro porque es un glotón, maleducado y te ha dejado sin cena, la culpa realmente es de quien dejó la comida a su alcance. ¿Puedes regañar al perro? No, porque la culpa es tuya. Aunque claro, es más fácil regañarle, cuando no nos damos cuenta de que lo único que conseguimos es que la próxima vez vuelva a robar cuando no le veamos. Sinceramente, prefiero los comportamientos no adecuados (según mi rasero) delante mía que a mis espaldas. Mejor prevenir que corregir.

- Ejemplo 2: Un perro reactivo (o agresivo) con otros perros, que les ladra como loco cuando les ve por la calle. Lo normal, pegarle un tirón, regañarle y enfadarnos con él por hacer que la gente se nos quede mirando por el escándalo. Lo "positivo", entender la situación y actuar en consecuencia. Gestionar las distancias con otros perros, las salidas a la calle (horario y lugar), en ocasiones aguantar el tipo mientras está como un loco, en otras, sacarle de la situación. Pero nunca corregir porque pueden pasar dos cosas, bien, cargar de más negatividad la reacción ("tiene que ser muy malo ese perro porque además siento dolor") o bien y en ocasiones además, reforzarla ("mi dueño también se ha enfadado.. ese perro es muy malo")

- Ejemplo 3: El perro que no acude a la llamada.. bueno sí lo hace, pero cuando el dueño le ha llamado 20 veces y ha tenido que enfadarse... "Es que si no me enfado, no hay forma de que me haga caso". ¿Te has fijado en cuándo pretendes que te haga caso (está en pleno juego con otro perro, está olisqueando algo muy interesante, está comiendo algo que tú no quieres que coma), crees que realmente es capaz, que se ha enterado de que le has llamado? ¿Te has dado cuenta de que cuanto más gritas, menos caso te hace? ¿Has probado a llamarle una vez, comprobar que te ha escuchado y empezar a andar en dirección contraria? ¡A lo mejor te sigue y sin tener que regañarle!

- Ejemplo 4: "Cuando estoy comiendo mi perro no me deja en paz, está todo el tiempo subiéndose, hasta que no le grito y me enfado no me deja tranquilo". No hace falta gritar, ni empujarle. Simplemente no le hagas caso, retírale el refuerzo que le estás dando en ese momento: tu atención. Y luego, si quieres, después de comer, prémiale por dejarte comer tranquilo. Los perros son muy prácticos, si algo les reporta beneficios lo hacen, sino, pasan.. al final, igual que nosotros muchas veces.

Son ejemplos muy escuetos de pequeños sucesos cotidianos que resolvemos con una voz, un empujoncito o un "pssssttttt". El trabajo en positivo engloba mucho más que estos pequeños consejos de parque, pero, todos ellos son pequeñas recomendaciones factibles que no incluyen ningún castigo positivo.

Lo fácil y más cómodo es castigar, regañar, corregir. Lo difícil, lo inteligente, lo que demostraría que somos "seres racionales superiores", es buscar la forma de conseguir lo mismo sin usar nada aversivo para nuestro perro.



2 comentarios:

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