martes, 18 de octubre de 2011

C.E.C.P.

Este es un post especial, dedicado a un proyecto, una ilusión, un nuevo camino que estamos emprendiendo. Pretendemos re-definir y limpiar el trabajo denominado "en positivo" con los perros. Este es nuestro manifiesto. Podéis dejar vuestras dudas y comentarios aquí, en el blog "Colaboración entre Educadores Caninos en Positivo" o bien por mail a educadorescaninosenpositivo@gmail.com. Gracias.

Como dice Emily Larlham en su “Manifiesto del Adiestramiento por Refuerzo Progresivo”, hace falta una nueva definición o bien, simplemente una re-definición de lo que son el adiestramiento y la educación en positivo.

La educación y el adiestramiento en positivo no consisten únicamente en el uso indiscriminado de salchichas o en felicitar verbalmente al perro mientras le sonreímos, sino que se construye sobre las siguientes premisas:

- Respeto de la integridad física y emocional del perro. Rechazamos cualquier tipo de trato despectivo (“solo es un perro”), abusivo o vejatorio. El perro es un ser vivo, un animal, igual que nosotros, con sentimientos, emociones y cognición y por ello nunca debe ser maltratado.

- Permitir, en la medida de lo posible, que siempre es más de lo que normalmente hacemos, que el perro sea perro. Si bien es cierto que en la sociedad actual es difícil satisfacer adecuadamente sus necesidades (por tiempo, por espacio, por limitaciones legislativas municipales, autonómicas o estatales) siempre podemos intentar que esa satisfacción llegue, al menos, al máximo posible: debemos permitirles ser lo que son, perros.

- Satisfaceremos sus necesidades físicas (alimento, bebida, evacuación, atención veterinaria, etc..), sociales (le permitiremos relacionarse con sus congéneres y disfrutaremos de su compañía sin afinarlos ni confinarlos lejos de nosotros), así como las necesidades mentales (asimilaremos que los paseos son para su disfrute y procuraremos tener ratos de esparcimiento en distintos entornos en los que pueda explorar nuevos estímulos)

- Uso de refuerzos positivos y castigos negativos: todo comportamiento que obtiene una recompensa tiende a repetirse, y aquel que no la recibe, tiende a extinguirse. En ningún caso usaremos castigos positivos, ya sean de tipo físico o psicológico.

- No usamos correcciones ni castigos, ni tampoco aparatos o herramientas de tortura, mal llamadas educativas, como collares de ahogo, collares de pinchos o collares eléctricos. Para nosotros es más fácil construir guiando al perro hacia lo que esperamos de él que cortando iniciativas. La proactividad (adelantar situaciones) es una de las bases de la educación en positivo: si somos proactivos no necesitaremos corregir. Y si no reforzamos al perro, ya buscará él la opción que le reportará beneficios, como puede ser nuestra atención (cosa que sí recibe con muchos castigos positivos que, por lo tanto, se convierten en justo lo contrario de lo que se pretende con ellos y refuerzan el comportamiento que pretendemos corregir). Consideramos que lo que el perro aprende bajo presión no es aprendizaje, ya que en una situación de presión real seguramente el perro no obedezca porque, en realidad, lo que ha aprendido es a evitar las consecuencias de no obedecer, no la orden que nosotros creemos haberle enseñado.

- Fomento de un vínculo sano entre cuidador y perro. Consideramos a nuestros perros compañeros, nunca subordinados. No ordenamos, pedimos, ya que si hemos conseguido que nuestro perro disfrute haciendo actividades con nosotros, siempre estará dispuesto a colaborar.

- No someteremos al perro a situaciones que por sí mismo todavía no sabe gestionar, bien porque no las conoce o porque no ha sido debidamente enseñado para soportar esa presión.

- Fuerte trabajo de empatía, esto es, ponerse en el lugar del perro. Implica tener en cuenta su estado fisiológico y psicológico en cada momento, estar pendiente de las posibles muestras de estrés que de y actuar en consecuencia.

- Cada perro es un ser único e individual, condicionado por un entorno particular que en gran parte, así mismo, condicionará su comportamiento. Por ello, no existen "recetas" para solucionar los problemas salvo la premisa del respeto a su integridad física y psíquica.
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- Leemos al perro, y aunque tenemos en cuenta los distintos gestos que aparecen en la literatura convencional (posición de orejas, belfos, lomo, cola, etc..) para nosotros tienen gran importancia las denominadas señales de calma que, explicado brevemente, es la comunicación gestual que usan los perros para decir que algo es molesto o les incomoda. Estas señales van desde un bostezo a un leve pestañeo.

- No creemos en las teorías de la dominancia, ni en ninguna versión de adiestramiento basada en jerarquías o intimidación que busque la sumisión del perro. Los perros no son lobos, y aunque lo fueran, múltiples científicos ya se han encargado de desmitificar la relación que existe entre los miembros de la manada.

- No usamos las extensas clasificaciones de tipo de agresividad. En principio, lo son entre ellos o hacia humanos, ya que bajo la mayoría de las agresividades (o reactividades) subyacen problemas de miedo y estrés.

Los educadores en positivo no dejamos que los perros hagan lo que les da la gana. En todo grupo social siempre hay unas normas que han de ser respetadas. La diferencia es que nuestras normas son coherentes, intentan estar de acuerdo con la naturaleza del perro y se enseñan desde el respeto.

NUESTRO MANIFIESTO por Emociones Caninas y Molgreldog Educación para (Colaboración entre Educadores Caninos en Positivo)

domingo, 2 de octubre de 2011

Mi perra es dominante





Eso me dijeron hace un tiempo de Nica mientras hacíamos un repaso a los perros de los distintos compañeros de curso, "Nica es dominante". "¿Nica? Pues no lo veo yo mucho..", "Sí, bueno, no es demasiado, pero no aguanta que la tosan"... Pues hombre, según de quién venga la tos, yo tampoco lo aguanto, ¿y por eso soy dominante?

Me resistía a escribir un post sobre este tema porque creo que ya se ha escrito suficiente pero, por lo que ponía en un libro que terminé de leer hace poco, por lo que pone en otro que me estoy leyendo y porque parece que aún hay mucha gente anclada en el pasado, voy a dar mi punto de vista.

Según los expertos, un perro es dominante sí:

- Pasa antes que tú por las puertas
- Pasea siempre adelantado al dueño, incluso tirando de la correa
- Ladra o intenta atacar a otros perros
- Come antes que tú
- Intenta robarte la comida
- Gruñe, ladra o intenta atacar si te acercas cuando come
- Si se sube al sofá o a tu cama
- Gruñe, ladra o intenta atacar si le pretendes bajar del sofá o de la cama
- Gruñe o ladra cuando se le regaña
- Saluda subiéndose a la gente
- Monta constantemente distintos objetos u otros perros (indistintamente del sexo)
- No deja que otros perros se acerquen al dueño
- Si no obedece las "órdenes" de su dueño
- y un largo etcétera de síntomas.

La teoría de la dominancia, como la mayoría de vosotros sabéis, procede del estudio de las manadas de lobos. Dicha teoría se cae por su propio peso y por razones bastante obvias. La primera y principal, es que los perros no son lobos. La segunda, que los estudios de los que procede dicha teoría se hicieron sobre lobos en cautividad en los años 70, por lo que las conclusiones no coinciden con lo que sucede en las manadas en libertad (recomiendo la lectura de los últimos artículos de David L. Mech - desde 1998). Y la tercera razón, es que nosotros no somos lobos ni formamos manadas y lo mejor de todo, es que los perros saben que somos una especie distinta.

Muchos manuales te enseñan a cómo convertirte en el "líder de la manada" desde que el perro es bastante joven. ¿Líder de qué? ¿No será mejor convertirse en guía y referente? Podríamos hablar de líder si consiguiéramos eliminar cualquier connotación "dominante". Existen perros líderes, perros equilibrados que mantienen la cohesión y la paz en sus grupos de "amigos", que evitan los conflictos y median si aparecen. Esos perros no son dominantes ni sumisos, son perros equilibrados con un perfecto conocimiento y uso de su lenguaje corporal (llámense señales de calma).

En el libro que terminé de leerme hace poco, argüían que la dominancia existía porque existía la sumisión.  Creo que de nuevo se trata de un error. La sumisión en sí no existe, existe el miedo, existe la inseguridad, existen las señales de calma, pero, ¿la sumisión? Un perro que se pone panza arriba cuando le saluda otro perro que viene un poco nervioso solo muestra que es inofensivo y le pide que se relaje, un perro que micciona cuando llega su dueño a casa puede hacerlo por excitación, un perro que nunca se pelea y huye de los problemas es un perro listo que solo evita conflictos, un perro que se encoge cuando alzas un poco la voz es un perro tímido o miedoso, pero no sumiso. Decía también que podía ser que se tratara de un error de interpretación lingüística, que el perro dominante era aquel que siempre quería salirse con la suya. ¿Qué interpretación de la dominancia es esa? A los perros les encanta colaborar, ayúdale, confía en él y enséñale a hacerlo, él estará encantado de cooperar.

Volvamos al perro dominante que habíamos definido más arriba:

- Sale antes porque puede que tenga prisa por salir, bastaría con enseñarle a salir despacio y sin excitación
- Va por delante porque va olisqueando, o tira porque le hemos enseñado a tirar (siempre consigue llegar donde quiere de ese modo) o tiene miedo al entorno.
- El perro que ladra o intenta atacar a otros perros puede tener problemas de miedo, falta de socialización, excesivo estrés, asociaciones negativas con otros perros.
- Yo incluso recomiendo que coman antes que nosotros, así al vernos comer estarán menos ansiosos porque tienen el estómago lleno
- Si le gusta lo que tenemos, es normal que también lo quiera, basta con enseñarle (educadamente) que robar está feo.
- A nadie le gusta que le molesten cuando come, ¿verdad? Bastaría con enseñar al perro que nuestros acercamientos son siempre anuncio de cosas mejores a las que hay en el comedero.
- Normal que quiera estar en el sofá o en la cama, son muy cómodos y además pueden estar más cerca de nosotros.
- Si enseñas a tu perro educadamente a bajar del sofá o la cama cuando se lo pidas, nunca gruñirá. El problema aparece cuando les forzamos a hacerlo: la violencia genera violencia.
- Si el perro se sube para saludar le solemos gritar y empujar para que baje.. ¿qué mejor refuerzo? Solo es una forma de llamar nuestra atención "gritando".
- La monta, salvo cuando realmente tiene un objetivo sexual (un macho a una hembra en celo), es un clarísimo síntoma de estrés.
- Por lo general en estos casos de "celos" suele haber un alto componente de estrés
- Si no obedece es porque no le has enseñado lo que le estás pidiendo, porque no lo has hecho de la forma adecuada, o porque el vínculo no es bueno y cualquier cosa del entorno es más divertida que tú.
- Y etcétera, etcétera, etcétera.

No hay perros dominantes, hay perros con una educación inadecuada, con miedo y unos niveles de estrés muy altos.